“Como artista visual, mi mirada divide el mundo en formas, colores y texturas que contienen historias que mis ojos pueden palpar. Como poeta, traduzco esos fragmentos a versos que no describen, sino que revelan: la palabra se vuelve pincel, el ritmo es una paleta vibrante. En ese cruce, lo visible deja de ser superficie para convertirse en un mapa de enigmas, donde cada trazo y cada metáfora son coordenadas que invitan a descifrar lo oculto.  La docencia, entonces, es el puente entre mi lenguaje híbrido y el otro: enseño a mirar no solo con los ojos, sino con el asombro de quien desarma y rearma significados.

Mis obras —visuales o escritas— no se limitan a conmover; son laberintos que plantean preguntas en quien las habita, semillas que germinan en reflexiones. Así, mi práctica artística y pedagógica se funden en un mismo gesto: desdibujar los límites entre ver y leer, entre sentir y comprender. Lo que emerge no es una respuesta, sino un diálogo perpetuo entre la firmeza de la imagen y el misterio de la palabra.”

Aram Musset